Una de las premisas que orienta las actuaciones de Laburo es que todas las acciones que se proyectan deben incidir en el mejoramiento de la calidad de vida y en la generación de valor social para su entorno. Por ello, la división de cuidados refleja esta posición en toda su cadena de valor: un servicio brindado para garantizar el cuidado y bienestar a una población vulnerable – los adultos mayores – y que se presta como motor de inclusión social  y laboral desde otra arista de la vulnerabilidad: las personas en riesgo o situación de exclusión social, que, a través de itinerarios formativos y de empleo, logran abrirse paso en un mercado con un potencial de crecimiento estratégico a nivel global, bajo el acompañamiento de profesionales que potenciarán las capacidades de empleados y usuarios.

De esta forma, todos los servicios de atención inician por una valoración inicial, de la cual se desprende el Plan Personal de Cuidados (PPC) – metodología propia de la división -, bajo un enfoque de envejecimiento activo, tal como lo recomienda la OMS. De esta forma, el servicio se orienta a que el adulto mayor cuente con un servicio integral, similar a los diferentes servicios proporcionados por una residencia, pero desde la tranquilidad de su hogar. Un seguimiento asistido por profesionales, que establecerán planes concretos de actuación por objetivos, con intervenciones que favorezcan su integración en su entorno habitual.

Como empresa de inserción, la división de cuidados pretende generar un espacio de trabajo y aprendizaje a las  personas que están familiarizadas con el sector de los cuidados, bien porque tienen experiencia de manera formal  o informal, o porque tienen una especial vocación por los temas sociosanitarios y de cuidados, bajo un enfoque de trabajo digno, que reconozca  el valor social que  genera su profesión, a la vez que sea  remunerada en condiciones justas, de acuerdo con los convenios salariales  que corresponden al ejercicio de estas labores.